Me hizo gracia ayer leer las nuevas normas que quiere implantar el Ayuntamiento de Barcelona, multar por escupir, por ejemplo.
Cuando uno vive en una calle por la que cada día ves cagadas de perro y meadas en la acera, meadas que manchan la pared de mi casa.
Cuando uno vuelve a casa del trabajo y al pasar por delante de la estación de tren, tiene que estar colapsado 5 minutos, porque los señoritos tienen que cortar el tráfico para bajar a sus acompañantes en el paso de cebra delante de la puerta de la estación.
Cuando uno tiene que aguantar a los niñatos de tus vecinos que invitan a sus amigos los viernes y los sábados por la noche que no están sus padres en casa.
Cuando uno tiene que ver como unos jetas apartan los contenedores de basura de su sitio para llenar su piscinita y luego no los dejan en su sitio.
Se pregunta...
¿Por qué han levantado tanto revuelo las medidas del Ayuntamiento de Barcelona?
Si por mucha ley que pongan, no hay nadie que las vaya a hacer cumplir.
Hay que enseñar más civismo, que tus derechos acaban allí donde empiezan a pisar los de los demás.
21 oct 2005
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