A veces uno dice esta frase para explicarse porqué le pasan ciertas cosas.
Hace unos meses me llamaron del banco para darme la mala noticia de que dejaba de ser Blue Joven (cumplir los 30 tiene esos problemas trágicos, bueno me la quitaron antes).
Pasaba a tener una Tarjeta 10, con unas promociones impresionantes, la que más me interesaba era el 10% en carburantes, eso sí, repostando en gasolineras del grupo Repsol, cosa que por supuesto no hacía nunca.
Después de varios meses repostando en Repsol, me di cuenta de que no me descontaban nada, así que pregunté en la gasolinera si ese descuento lo daban a final de año, y me dijo que era mensual. Así que llamé al banco y me sueltan que no tenía activa la opción de los descuentos, que si no había firmado un papel para activarlos.
Yo firmé un papel, si ponía o no algo para los descuentos, no lo sé ni me importa, la cuestión es que me hicieron pasarme por el banco un día entre semana para buscar la puta tarjeta y ahora resulta que no tenía activos los descuentos de la tarjeta.
Según ellos ya me los han activado, ahora me tengo que esperar un mes para ver en el próximo extracto si es verdad o mentira, o del color del cristal con que se mira.
Con el palo que me da ir al banco, por culpa del genial horario que tienen de trabajo que ya quisiera yo para mí.
18 oct 2004
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