en los que se es feliz de otra manera,
todos los días tienen un minuto,
en que cambiaría la primavera por tenerte delante.
Quizá la canción no tenga mucho que ver, pero el título sabinero me ha gustado mucho para lo que hoy quería contar.
Estamos en unos tiempos en que mucha gente llega a los veintipico sin objetivos por los que luchar, uno ya lo ha visto y probado casi todo, y se vuelve un viejo siendo joven.
Siempre he dicho que en los países pobres no hay tiempo para deprimirse, bastante tienen con intentar sobrevivir. Nosotros tenemos casi de todo y no paramos de quejarnos, si fuésemos hormigas tampoco nos quejaríamos, seguiríamos la fila y haríamos nuestro trabajo y no tendríamos tiempo para preguntarnos qué narices hacemos siguiendo la fila.
En este último año he leído libros como "1984" y "Un mundo feliz", que muestran futuros posibles a los que va encaminada la humanidad, a veces uno llega a pensar en que tampoco está tan mal pensado que en un mundo donde a muchos nos toca trabajar como hormigas, el estar ya predispuestos por el sistema para ser felices por ser hormigas.
En fin, que la avaricia de unos cuantos sigue llevando el mundo por caminos que no siempre son los que nos gustaría seguir para llegar allí donde todos llegaremos algún día, a la nada.
Lo bonito sería poder disfrutar del camino.
19 nov 2004
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