Esta mañana después de ducharme cuando he ido a ponerme el reloj, ¡mierda!, ya se le han gastado las pilas, marcaba las 8 menos 10. Atando cabos... ya verás... mi hermano se ha levantado mientras yo estaba en la ducha y le he preguntado si se había dormido, no he oído su respuesta, así que he ido a la tele a poner el teletexto y efectivamente, eran las 8 menos 10.
Me equivoqué anoche al poner la hora en el despertador, no la hora de sonar sinó la hora que era por la noche, con razón me parecía raro que se me hiciera la una de la noche leyendo solo 40 páginas...
Debido a esos 20 minutos de sueño perdidos respecto a lo habitual, me he encontrado en la cocina a la hora del encierro de los sanfermines, como un día lo oí en la radio, ya que en La Jungla los retransmiten, encendí la tele y le quité el volumen para oírlo en La Jungla.
No sé si es el primer encierro que veo en directo, pero la verdad es que viendo un encierro como el de hoy, me reafirmo en la crueldad que es el toreo y lo cobardes que son los toreros.
Los pobres toros a mitad de recorrido ya iban bien lentos, los corredores les tenían que ayudar para que no se torcieran, los toros bravos simplemente se dedicaban a seguir a los mansos, los corredores que se caían solos o tropezando con otros corredores, eran saltados por los toros como podían, había una curva en la que ya en la radio dijeron, cuidado que ahora viene la curva donde se caen los toros y, efectivamente, allí cayeron un par de toros.
En resumen, que son más animales las personas que los toros.
14 jul 2004
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