Todo el año me paso esperando el verano, más horas de sol, nada de frío, poder bañarse en la playa.
Este año en las fechas que estamos, no puedo todavía presumir de bronceado, de hecho, creo que es el verano en que a estas alturas estoy más blanco en toda mi vida.
Sin embargo, este año he podido disfrutar más que nunca de las salidas en bicicleta en compañía, incluso algún día entre semana después del trabajo. Las horas de luz que nos da el verano cunden y nos permiten hacer estos excesos que en cualquier otra época del año no se pueden ni pensar.
Ayer acabó la temporada de Los Serrano, prometen seguirnos dando la lata con el tema del incestastro, suerte que los cavernícolas (o amebas...) seguirán haciéndonos reír y nos alegrarán la digestión de la cena una vez por semana después de vacaciones.
Esta mañana he notado que el aire era fresquito, cosa de agradecer si tenemos en cuenta que tenemos en casa los aparatos de aire acondicionado sin montar desde hace un par de meses, el instalador igual viene hoy... toquemos madera.
Estas próximas semanas pueden ser importantes para mi futuro como fiestero mayor del reino, el último amigo que me queda soltero, está en camino de ennoviarse, con lo cual puede ser que este sea mi último verano de trasnochador discotequero, aunque con esto de salir en bici los domingos a las 8, pocas discotecas cierro ya... si a caso el Piano Blau como este último sábado, que cierra a las 4:30.
Por cierto, a esa hora le pregunté a una chica su nombre y me respondió "¿Para qué?", así que necesito urgentemente una nueva frase de acercamiento al sector femenino que no sea "Hola, ¿cómo te llamas?". :_)
8 jul 2004
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