La semana pasada el cambio de hora y ahora el frío repentino que nos ha pillado imprevistos.
El jueves pasado pude disfrutar del tenis al aire libre a las 9 de la noche con una temperatura casi veraniega (¿veranillo de san martín?) y esta noche tiemblo ante el partido de tenis que tengo que jugar a las 8 de la noche, solo de pensar en mi lesión crónica del dedo gordo de la mano derecha y como me duele cuando tengo la mano fría y doy los primeros raquetazos se me quitan las ganas de jugar, pero bueno, si uno se apunta a un campeonato, no se puede dejar a la gente tirada.
Espero que no se me congelen las orejas, y que me apalicen rápido, y por supuesto que me hagan correr mucho, así me caliento...
8 nov 2005
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