9 feb 2004

Fiebre consumista

Después de otro finde que voló sin enterarme, llega uno al lunes por la mañana sin ganas de hacer nada.

No sé quién inventó esto de trabajar por horas, la verdad es que cuando uno es niño y piensa en cuando será mayor, no se imagina lo que puede ser estar ocho horas al día metido en un sitio donde no quieres estar y sin la esperanza de poder salir algún día a no ser que te toque la lotería.

Cuando uno empieza a trabajar, se suele decir, aguanto para ir teniendo curriculum, después te vas poniendo objetivos, como el tipo de trabajo que te gustaría, el sueldo que te gustaría, el lugar físico de ese trabajo... En fin, si tienes objetivos, la cosa se puede llevar más o menos bien.

El problema llega cuando ya has cumplido todos esos objetivos que te habías fijado y ves que la has cagado, que el objetivo tenía que se utópico, porque una vez hecho realidad, la rutina empieza a matarte, no hay un trabajo perfecto, por eso es eso, un trabajo.

Hay gente que su objetivo en la vida es acumular cosas, un piso, un coche, una supertelevisión de 50 pulgadas, unos esquíes última generación.

Pero por alguna mutación o defecto, igual porque de pequeño tuve meningitis (decían que había gente que quedaba mal de la cabeza...), a mí lo único que me motiva es poder hacer lo que me venga en gana en cualquier momento.

Pongamos por ejemplo ahora, estoy sentado delante del ordenador, tengo papeles a ambos lados de mis manos, tengo faena, pero no tengo ninguna gana de hacerla, la tengo que hacer, dentro de un rato estaré liado con ella. Pero ¿qué me aporta hacerla? el mundo no se va a parar, ni siquiera la empresa va a notar la diferencia entre si la hago hoy o la hago dentro de un mes.

Hay días en que uno lo mandaría todo a la mierda, y realmente lo peor es saber que si lo mandase todo a la mierda no pasaría nada, el mundo seguiría girando, yo seguiría teniendo techo y comida, no tengo hipotecas ni nada que me ate a este suplicio diario.

En fin, que es lunes por la mañana, odio los lunes por la mañana, odio madrugar para venir a trabajar, tanto odio no puede ser bueno, intenta pensar en algo bueno, joder no puedo.