18 abr 2006

Penitente

En mi penitencia de semana santa, mis salidas a la discoteca han sido pródigas en alegrías pa la vista.

Esa frase de "lo que se van a comer los gusanos, que lo disfruten los humanos" está muy bien, pero la de "mira pero no toques" es lo que impera en estos tiempos.

Mis proezas discotequeras dejan pasmados a mis amigos y amigas cuando las cuento, y es que voy batiendo récords y cada vez tiene uno más miedo de ser Guiness.

La última proeza, después de una hora bailando al lado de tres bellas mozuelas, se me acerca un cachas y me dice: "Oye, si le vas a decir algo a la chica, díselo ya o la vas a agobiar".

Vale que pueda llegar a desgastar a alguna con la mirada, o que se desgaste cuando se acerca ella a donde yo estoy para darme algún "toquecito", pero eso de que se agobien sin uno hacer nada ya es lo último.

Y va a resultar que el cachas tenía razón, (nota mental: bajar a hacer pesas a ver si aprendo algo sobre tías), porque cuando me acerco al oído de la moza y le pregunto su nombre educadamente para poder entablar conversación con ella, me mira con cara rara y monta un corro con sus amigas, sin responderme siquiera.

Intuyo que en las escuelas ya no enseñan modales, pero bueno, como dice un amigo mío "ella se lo pierde". Que se quede con un cachas de esos que tienen tanta cultura.

Lo que tengo claro es que el problema no debe ser el físico, sino no se arrimarían ellas, por lo que el problema puede ser la voz, la entonación o que estos tiempos requieren de un buen slogan de entrada, y como yo soy capaz de memorizar textos, empezaré a documentarme y aunque sea solo para descubrir el misterio de mi éxito, me lanzaré al ruedo cargado de frases ingeniosas.