Ayer por la noche no me di la última dosis de crema en la pansa, porque parecía que ya estaba casi seca y con la que me había puesto después de cenar todavía parecía que estaba hidratada.
Pues no estaba muerta, estaba de parranda.
Esta mañana al lado del trozo seco ha aparecido un nuevo bulto que me va a dejar sin salidas nocturnas este fin de semana.
Al menos ninguna cegata me pisará con sus tacones en la discoteca...
Quien no se consuela es porque no quiere.
10 nov 2006
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