26 may 2004

Delirios Fórmula 1 (1a. Parte)

Por alguna extraña razón, soy aficionado a la Fórmula 1 desde bien pequeño, aquel Brabham Alfa Romeo naranja que tenía mi primo en el Scalextric, hizo que me fijara en qué piloto que llevaba esa marca y resultó ser Nelson Piquet.

Me aboné a Piquet y resulta que ganó 2 mundiales con Brabham en esos 3 primeros años que yo seguí (más que viendo carreras en resultados) no sé ni si las daban por la tele, tenía yo menos de 10 años..., luego llegó el dominio mclaren con el duelo Niki Lauda-Alain Prost, al cual le cogí simpatía porque un día dijeron que era amigo de Piquet.

La llegada de Honda a la Fórmula 1 dio su tercer mundial a Piquet, aunque Prost se vio beneficiado por la inutilidad de Williams el año anterior al darle el título en la última carrera cuando Mansell quedando cuarto con el mejor coche ganaba el mundial y Piquet también tenía más puntos que Prost. Mansell reventó un neumático por no querer entrar a boxes (órdenes de equipo, claro) y Piquet viendo lo que le había pasado a Mansell entró, pero quedó segundo detrás de Prost.

Después del tercer mundial de Piquet, Honda le dio la patada a Williams y dio sus motores a Lotus (con Piquet) y a McLaren, Lotus demostró su inutilidad y Mclaren su talento y con el mismo motor solo hubo un color (bueno, bicolor) el Rojiblanco de Malboro con los ya famosos duelos Prost-Senna, el Profesor contra el Rey de la Pole. Yo siempre fui pro-Prost, cuando le cojo simpatía a alguien, es para siempre...

El pique llegó a tal nivel que Prost dejó el mejor coche y aceptó la oferta millonaria de la famosa y nunca ganadora (en mis recuerdos) escudería Ferrari, Prost demostró su talento y con la ayuda inestimable de Mansell en alguna carrera, llegó a la última carrera con posibilidades de ganarle el título a Senna. Pero Senna aprendió la lección que Prost le dio el año anterior y le pagó con la misma moneda, y además con descaro para que no volviera a suceder nunca más. A él lo perdonaron por justicia histórica, pero como muchos recordarán Schumacher no quedó indemne cuando intentó hacérselo a Villeneuve cuando le salió un juego de ruedas malos yendo en primera posición hacia su tercer título mundial (pero eso ya lo explicaré otro día).

Como veo que me he enrollado mucho, otro día seguiré, llegarán los motores Renault... y los mundiales somnolientos de los que nos salvará Schumacher.