5 jul 2004

¡Gracias!

Una piedra en el camino,
me enseñó que mi destino
era rodar y rodar,
rodar y rodar,
también me dijo un arriero
que no hay que llegar primero
pero hay que saber llegar.


Ayer en la divertida bajada que rodea el pantano de Cànoves, se cayó el amigo que salió conmigo en bici, yo iba delante y me paré a esperarlo en una curva donde había una familia de excursionistas que me dijeron que delante mío habían pasado 5 ciclistas como locos pegando saltos, yo siempre he sido un cagado así que bajo con cuidado, pero esa bajada ya me la conozco bastante bien y aunque con precaución, bajo rápido.

Al ver que mi amigo no llegaba, decidí subir a buscarlo, estaba a unos 100 metros sentado y la bici caída, sangre en el brazo y la pierna, se comió una piedra que había en el medio del trozo más liso de la bajada, seguramente se relajó y por eso no la vio. Por suerte, la familia de excursionistas se ofreció para llevarlo a casa, ya que le dolía el costado y no hubiera podido pedalear hasta casa.

Aunque en la tele y en los periódicos nos intenten vender que la gente es egoísta, solo hay que salir a la calle y ver que cuando tienes un problema, hay mucha gente dispuesta a ayudarte.

¡Muchísimas gracias!