19 jul 2004

Y cayeron los 30...

¿quién lo iba a decir cuando jugando con mis clicks de famobil pensaba en como sería en el año 2000?
 
Y ya estamos en el 2004... y hoy toca cumplir 30 años.
 
Hace 7 que salí de la universidad y me metí de lleno en la rutina laboral, se puede decir que la vida en estos últimos 7 años ha pasado volando, la rutina laboral hace que no te enteres de que el tiempo pasa, se podría decir que se vive de fin de semana en fin de semana, de vacaciones en vacaciones, el resto es tiempo que nos obligan a regalar a eso que llaman la máquina productiva del país.
 
Ayer en mi salida en bicicleta, en la que pasé miedo de verdad al pasar por caminos relativamente estrechos con paredes verticales en uno de los márgenes, nos encontramos con un vigilante de las montañas que nos estuvo explicando su rutina laboral, que claro está no es rutina pues su trabajo es muy variado: 6 meses vigilando las montañas en fin de semana, entre semana de guía de montaña (si sale algo o tiene ganas, deduzco por su alusión a que había estado unos días en los Sanfermines), en invierno de monitor de esquí.
 
Si nos metemos en la rutina laboral es porque nos da la gana, nadie nos obliga, las faenas temporales y variadas, haberlas haylas, solo hay que dar el paso y no pensar en la seguridad de un contrato fijo.
 
Dudo que nunca tenga el valor de buscar trabajos de horarios raros que me darían la posibilidad de ir a la piscina en horarios en los que se puede nadar sin compartir carril con 5 personas, de salir entre semana con mi bicicleta sin que se me haga de noche, de sentarme en un banco del parque un día de diario viendo la vida pasar... en fin, todas esas cosas que los horarios centrados no te dejan hacer.
 
Mientras tanto, seguiré sumando años y haciendo lo mismo de siempre, que como se dice tampoco me va tan mal, y que lo pueda seguir contando.