Miles de cosas pasan por mi cabeza, como a todo el mundo supongo. Y como si no lo cuento reviento, pues lo cuento. Desde Granollers, que conste en acta.
Ayer al mediodía al llegar a casa, desde el balcón mi hermano pequeño diciéndome que mirara el coche, y yo me giro y veo un brazo... ¡¡¡ostras!!! Mi hermano creía que era de verdad y se dio un buen susto.
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